Hace un par de meses, escribí una entrada en este mismo blog. Que me salió del alma, en ese momento, era lo que más necesitaba decir. Ahora mismo, hace un par de minutos la he vuelto a leer. Y al final, como desenlace puse : ''..y si se diera el estúpido caso de que leyeras esto... Vuelve.'' Y no se muy bien si lo habrá leído, o si no. Tampoco se si has leído alguna de las entradas que hice ''para ti'' en esos malos momentos. Pero hoy, que me apetecía volver al pasado y recordar las he leído. Y la verdad es que aquí me he atrevido a escribir lo que nadie ha llegado a oír de mi boca. En ningún momento de los malos fui capaz de confiar tantísimo en alguien como para confesar cosas como las que aquí he escrito. Yo no busco que nadie entienda por lo que he pasado, ni que empaticen conmigo. Simplemente quiero soltar lo que, si me guardo dentro, me pesa y me impide seguir mi rumbo. Ahora mismo, a las once menos diez de la noche, a punto de caer rendida en mi cama a causa del cansancio del día he decidido pensar en mi. Para variar no pienso en él, o en mis amigas que se van, ni en mis abuelo, ni en mis problemas. Simplemente pienso en mi. Creo que ya era hora de que lo hiciera. Creo que es hora de que empiece a valorarme un poco más. Diciendo esto, no me refiero a empezar a comportarme como una creída que piensa que es superior a todos y nadie la puede superar. No, ni de lejos. Hay mucha gente mejor que yo, y mucha que me puede superar en muchas cosas. Pero hoy quiero apreciarme por mis virtudes, bueno, las pocas que yo me encuentro. Y recapacitando me he dado cuenta de que, cuando me lo propongo, puedo ser la persona más luchadora, imbécil y cabezota del mundo. En los dos meses que pensé que perdería a la cosita que más quiero y con la que más a gusto me siento, llegué a sentirme cabezota y muy muy imbécil. No me he sentido luchadora hasta hace quince minutos. Simplemente porque me acabo de dar cuenta, leyendo todo lo que he sido capaz de escribir acerca de él aquí, que a pesar del dolor, de haberlo pasado como el culo, hablando mal y deprisa. A pesar de que habían veces que no podía más, sentía que todo era una carga, a veces no podía cargar ni con mi alma. Habían veces que estaba tan sumamente mal, que no se ni como fui capaz de aguantar hasta el día siguiente. Pero aun con todo aquello. Luché, ¿ sabéis? Luché con todas mis fuerzas. Por una parte luchaba por mantener la cordura y no volverme loca por el dolor y por otra parte luchaba por volver a tener a esa persona entre mis brazos. Fui fuerte, hice todo lo que pude y lo que no por mantener una pequeña sonrisa en mis labios y por mantener el amor que sentía hacía él dentro de mi. Bueno, para amarlo no me hacía falta esforzarme. Y, desde luego, hice lo que pude por mantener la relación con él. Por que viera que era la misma, que no cambiaba con el tiempo. Por hacer que creciera su amor, se mostrara y volviera a mi vida. Supongo que fue algo que funcionó, un cierto día de un cierto mes todo fue cambiando. Poco a poco volvía a mi vida, de manera extraña, pero volvía. Hasta que acabó volviendo por completo. Aun que han habido cosas que nos han costado, eso es verdad. No somos perfectos y teníamos muchos defectos como pareja, pero los fuimos y los seguimos perfeccionando. Y ahora me veo aquí, pensando en él, escuchando una canción horrible porque me da pereza cambiarla y después de pasar toda una tarde con él. En 5 días, pronto casi 4, porque en nada se harán las doce de la noche, haremos seis meses juntos, medio año. No acabo de creérmelo del todo. Pero es verdad. Y es perfecto. Me ha costado mucho tenerlo junto a mi, pero ahora que está aquí, tan dentro de mi corazón, nunca lo dejaré ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario