Visitas:)

3 de mayo de 2012

I give you all my love.

Reflexionando, un poco para variar. Ya que últimamente ya no pienso tanto, y eso es algo que en parte me alegra, porque así tengo menos motivos para estar mal, pero que por otra parte me deprime, porque pensar demasiado era y es algo que me define y no quiero dejar de hacerlo. He llegado a pensar en mi relación con Pablo. O su relación conmigo. Bueno, nuestra relación. La verdad, es que no sé exactamente como definirla. No sé muy bien si es complicada, o simple. O si ha sido complicada hasta ahora y se esta volviendo simple. Pero bueno, ese tema ahora mismo no es el que me interesa. Siendo sincera, espero que ahora se haya vuelto un poco más simple. Que no hayan tantos problemas y podamos tener más de un mes bueno, felices y juntos, claramente. Ya son muchos meses. Y aun que él no lo sepa, desde que nos conocimos, justo en ese momento me empecé a fijar en él. Aun que yo empezara con mal pie y le cayera mal.  Ha pasado ya más de un año desde aquel primer 4 de abril. Poniendo las cartas sobre la mesa.. Esa relación que duró solamente hasta el 1 de junio fue nefasta. Pero yo me había enamorado, y aun que supiera que no iba bien, no lo iba a dejar. Cuando ese ''romance'' se acabó me hundí. Me pasé mal un mes o más. Poco a poco me fui recuperando, a mi mejora ayudó mucho el verano y el no verlo. Pensé que lo había superado, del todo. Deseaba haberlo echo, pero no fue así. Cuando el instituto comenzó de nuevo el 15 de septiembre, lo vi. Algo recorrió mi estómago, en ese momento pensé que eran los nervios de un nuevo comienzo, en una nueva clase, con gente nueva.. Lo de siempre vamos. Lo que pasó realmente es que me di cuenta de que no lo había olvidado, ni de lejos. Pasaba el tiempo y llegó octubre, y yo intentando sacármelo de la cabeza, fijándome en otro, pero nada daba resultado. Recuerdo que fui a un concierto, muy especial para mi, y sonó una canción. Me recordó tanto a él. Empezaba a sentirme idiota por pensar tanto en él, siendo incapaz de hablarle. No hace falta decir que mientras sonaba la canción yo me dediqué a intentar cantarla a media voz, llorando y sonriendo a la vez.  Poco a poco también llegó noviembre. El mes de los desastres, los desamores y de más, según dicen todos. Pero yo nunca he sido como todos y ese mes para mi fue algo especial, bonito y desde luego no hubieron desamores. A mediados de mes empezamos a 'tontear' o algo así. Para mi era extraño. Tuve que aguantar a mucha gente que solo me repetía que tuviera cuidado, que me podría hacer muchísimo daño. Pero me daba igual, me daba igual el daño y me daban igual ellos. Y como el tiempo pasa muy, pero que muy deprisa, llegó en 24 de noviembre. El día especial. No hace falta que diga que es lo que pasó ese día. Se sobreentiende. Y desde entonces, hasta hoy, 3 de mayo del 2012, hemos tenido altibajos, muchos, demasiados quizá, pero en ningún momento nos hemos dejado de querer. O es creo. Yo por lo menos nunca he dejado de amarlo. Ha pasado tanto tiempo ya, sintiendo lo mismo, o un poco menos, o un poco más por él que ya estoy acostumbrada a quererlo como si fuera mi vida. Y sí, el daño está ahí, y los malos ratos también, no hay por qué engañarse. Pero lo que de verdad importa ahora mismo es que todo va bien, que ya no lo paso mal y espero no pasarlo mal en un tiempo. Ahora mismo no sabría muy bien como seguir adelante sin su 'hola gorda' por las mañanas, sin sus 'te amo' susurrados al oido, sin su risa, sin sus tonerías, sin sus monólogos que solo entiendo yo, sin sus dibujos, sin su pasión por la natación y por Dios, sin sentir mariposas en el estómago cada vez que se pone serio para hablarme de algo. Simplemente no podría vivir sin él, de echo no puedo vivir sin él. Digamos que su felicidad es la base de la mía. Y que lo único que quiero es hacerlo feliz. Y espero conseguirlo.
























No hay comentarios:

Publicar un comentario